Sobre mí y sobre lo que cuento
- Miguel Ángel Gracia

- Jul 19
- 2 min read
Updated: Jul 27

Nací en Zaragoza en 2002 y sigo viviendo aquí. Estudié Imagen y Sonido en el CPIFP Los Enlaces, pero si hay algo que defina mi forma de trabajar es que he aprendido fotografía por mi cuenta, especialmente el fotoperiodismo. Es un oficio que no se aprende en manuales: se vive. Entré en El Periódico de Aragón al terminar los estudios, y desde hace tres años cubro de todo: política, deportes, protestas, sucesos, actos culturales… La calle es mi aula y el visor mi forma de estar presente.
Lo que me interesa, por encima de todo, es contar. Contar con imágenes. Buscar el instante mínimo en el que una mirada, un gesto o un encuadre dan sentido a toda una historia. Para mí, el reto está en hacer sentir algo con lo justo, con lo que cabe en un solo disparo. Lo emocional no es decorativo: es estructura. Por eso presto tanta atención a los pequeños detalles que pueden pasar desapercibidos pero que, bien colocados, sostienen la verdad de lo que ocurre.
Entre mis temas más frecuentes está la política, los problemas sociales, y la vida rural porque suele ser invisible, y eso ya es razón suficiente para mirarla de frente.
Intento que mis imágenes estén pensadas, compuestas con intención. Me importa el color, pero no como adorno, sino como lenguaje. Steve McCurry me enseñó a ver el color. Judith Prat, Santi Palacios y Emilio Morenatti me enseñaron que una imagen puede —y debe— ser un testimonio.
Uno de los momentos clave de mi carrera fue cubrir la DANA en Valencia. Fue una cobertura dura, intensa, y también una de las más reveladoras. Me hizo ver hasta qué punto la fotografía puede ser una forma de presencia, de memoria y también de denuncia. Gracias a ese trabajo recibí la Medalla al Mérito Cultural del Gobierno de Aragón y algunos reconocimientos en premios de fotografía. Pero más allá de eso, fue la experiencia lo que me marcó.
Mis primeros trabajos personales fueron un ensayo sobre el Alzheimer y la pérdida, y más tarde una aproximación visual a la religiosidad popular. Desde entonces, no he dejado de buscar nuevas historias. A veces se presentan en el camino, otras hay que ir a por ellas. Pero siempre estoy mirando.
Hago fotos porque es lo que me empuja a salir ahí fuera. Porque cada vez que salgo con una cámara, veo el mundo distinto. Me interesa mirar donde no se mira, estar donde pasan cosas, intentar entender algo de lo que ocurre y contarlo como pueda. Quiero hacer imágenes que no dejen indiferente. No sé exactamente qué quiero que sienta quien vea una foto mía, pero sí sé que si no siente nada, he fallado.
Me considero ambicioso, sí, pero sobre todo inquieto. No quiero quedarme estancado en lo local. Quiero salir. Quiero contar el mundo. Quiero hacer cosas grandes.
Este blog no es una vitrina. Es una forma de ordenar lo que he ido haciendo hasta ahora, compartir proyectos y quizás también abrir conversaciones. Aquí estarán mis coberturas, mis trabajos personales y algunas reflexiones, por si a alguien le sirven. Pero sobre todo, estarán las fotos. Porque todo lo demás, en mi caso, parte de ahí.



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